
Ella quería flores, nace de la relación íntima que Juan Carlos sostiene con las plantas medicinales, su materia y formas activan su memoria afectiva y se convierten en proceso creativo. Romero, manzanilla, sangre de drago, nogal, uña de gato, álamo y llantén acompañan este viaje, propiciando una conversación acerca de la generosidad y la sanación entre los seres. Mientras las narrativas ambientales abocan a la extinción, esta propuesta artística brinda la posibilidad de imaginar un ecosistema frondoso al que sentimos que pertenecemos.
Una receta herbolaria para el asma, traspapelada en un antiguo diario escrito por su madre, es el inicio de una reflexión acerca de los ciclos de la naturaleza y los vínculos familiares que transmiten los secretos del reino vegetal. Esto lleva a Juan Carlos a indagar en su relato familiar, un universo femenino que comparte, explica y se relaciona intensamente con los conocimientos de las plantas medicinales. Que a su vez son adquiridos en el mundo rural del campo montubio, atravesado por los vaivenes de la migración a las urbes y los afectos que se mueven de las costas a los puertos, a las grandes ciudades.
En estas circunstancias, las plantas se arrojan a la vida, prolongan su existencia y se
presentan en forma de imágenes que se desdoblan, se entrelazan y se vuelven retratos cuidadosamente elaborados e indivisibles, que se asientan en paredes y pisos. Son pergaminos vivientes que emergen desde las esquinas, se emplazan y toman cuerpo en el espacio, en nuevas tierras que sobresalen del cemento. Cada una posee una carga emocional distinta y una cualidad de sanación que responde a una preparación y uso. Vaporizar, machacar, infusionar o licuar son los actos desde donde se busca sanar heridas, limpiar el cuerpo y conversar con la muerte. A través del dibujo expandido se permite evocar a estos seres vegetales, no como ilustraciones científicas o bodegones decorativos, sino como representaciones que afloran de la experiencia, los recuerdos y la necesidad de volver a ser, sentir.
Ella quería flores, existe como dibujo e imaginación. Es retornar a lo importante y tejerse en red con lo humano y no humano. Es una forma de resaltar la conexión con otros seres y exaltar la presencia de su madre, que sigue presente, ahora creando. Es querer sanar, despedir y brindar un espacio a la ausencia, al vapor y a la pausa.
Es dar gracias.
Texto: Santiago Ávila Albuja




















Ella Quería Flores
Juan Carlos León
Curaduría Santiago Ávila Albuja
Galería Casa del Barrio
Producción Carla Sofía Puente